Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia, patrono de las causas difíciles y desesperadas, a ti acudimos hoy con fe inquebrantable.
Tú, que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación, conoces el profundo dolor de los corazones desgarrados por la pérdida, el vacío que dejan los padres ausentes y el futuro incierto que enfrenta la inocencia de los niños huérfanos. Tú, que has escuchado las súplicas de innumerables almas afligidas, atiende ahora a la plegaria por el bienestar de todos aquellos niños desprotegidos, y que no encuentren consuelo en el sufrimiento del presente.
Te ruego, San Judas Tadeo, que ilumines el camino de sus familias, que les des fortaleza para amar y cuidar de ellos, y que les concedas la sabiduría y el aliento necesarios para superar las dificultades que les asedian. Que su inocencia, su pureza, encuentren refugio en la luz del amor, un calor que reemplace el vacío. Te pedimos que los cuides, que abrigues sus almas sensibles y que guíes sus pasos hacia un futuro lleno de esperanza, seguridad y alegría. Que no falte nunca el amor y el cuidado que necesitan para crecer fuertes, sanos y felices.
Te prometo mantener tu imagen en mi hogar y propagar tu devoción, recordando siempre tu gran compasión. Que tu nombre resuene con devoción en nuestros labios y corazones.
Por tu divina intersección, San Judas, Amén.
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