Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia, Tú que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación, tú que eres el protector de las causas difíciles, intercesor de los que se encuentran en la incertidumbre.
Te reconocemos, San judas, como el patrono de las decisiones difíciles. Tus manos, extendidas en la ayuda, llegan hasta el más profundo valle de la duda. En este momento, donde la senda se bifurca y el camino se torna oscuro, invocamos tu sabiduría y tu guía. Te ruego que ilumines mi mente con la claridad necesaria para discernir el mejor curso de acción. Que la serenidad reine en mi corazón, y la razón me guíe con la sabiduría divina.
Te suplico, San Judas, que me ayudes a encontrar la respuesta acertada, aquella que resuene con la voz de mi conciencia y con la voluntad de Dios. Concédeme la paciencia para sopesar las opciones, la fortaleza para resistir las presiones, y la fe para aceptar el resultado, sea cual fuere. Ayúdame a comprender que, aun en la confusión, hay un plan divino.
Te prometo mantener presente tu imagen en mi hogar y en mi corazón, recordando siempre tu amor y tu protección.
Por tu divina intersección, San Judas, amén.
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