Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia,
Tú que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación, Tú, faro de esperanza en los momentos más oscuros, intercesor eficaz ante la adversidad,
Te ruego que ilumines mi corazón y me guíes en este camino de cultivar la bondad. Que mis acciones sean reflejo del amor de Cristo, que mi lengua pronuncie palabras de aliento y mi mano se extienda en actos de compasión. Ayúdame a reconocer la necesidad en los demás y a responder con generosidad, desprendimiento y amor. Enséñame a ver la imagen de Dios en cada persona que encuentro y a tratar a cada uno con la misma dignidad y respeto que merecen. danos la gracia de ser instrumentos de paz y reconciliación.
Te prometo dedicar tiempo a la oración y a la meditación, para fortalecer mi compromiso con la bondad y para recibir las enseñanzas de tu intercesión. Te prometo también compartir con alegría esta devoción con los que me rodean.
Por tu divina intersección, San Judas, Amén.
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