Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia,
Tú que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación,
Tú, protector de las causas difíciles y defensor de los necesitados,
te invocamos hoy con el corazón en la mano.
San Judas Tadeo, tu poder de intercesión nos llega hoy,
para pedir por la salud mental que tanto anhelamos.
En este momento de lucha, en esta batalla interior,
te ruego que ilumines mi camino, que me fortalezcas y que me libres del dolor.
Reconocemos que la fragilidad de nuestra alma a veces nos sobrepasa,
que la oscuridad puede llegar a encubrirnos.
Por eso, imploramos tu ayuda con fe y confianza inquebrantables.
Sana nuestra mente, fortalece nuestra voluntad, y alivia nuestro sufrimiento.
Que la paz y la serenidad se asienten en nuestras almas,
y que la esperanza renazca en medio de la adversidad.
Te agradecemos por escucharnos y por estar siempre a nuestro lado.
Te prometo mantener en mi corazón la devoción que siento por ti.
Amén.
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